jueves, 15 de noviembre de 2012

Los imprescindibles del Fútbol Argentino

«Todos los equipos tienen barras bravas, puede que les falte el portero, algún defensa o un delantero, sin embargo, lo que sí tienen siempre es la barra» Juan Pablo Varsky

A estos "imprescindibles del Futbol Argentino", lo único que no se les puede negar es que les falte organización: Mediante el falso ropaje de hincha, se atribuyen las competencias, dividiéndose cada uno funciones y beneficios de acuerdo al club que "representan". Nadie los eligió pero ahí están. Cuentan con una organización jerárquica bien delimitada y con recursos propios que cada vez son mas amplios (venta de entradas, monopolio de los trapitos en la cancha, agencias de turismo, servicios de seguridad privada, ayudas económicas "extraordinarias" para mantener el folklore del fútbol por parte de los clubes y futbolistas, servicios "escenogafícos" al político de turno, etc.).

Quién quiera, puede seguir llamándolos "la hinchada" cuando divise a este grupo de mercenarios, pero sería un gran progreso si se hace con el conocimiento de que aquellas personas lejos están de compartir los intereses del hincha del fútbol. Lo único que los asemeja, es compartir un lugar físico dentro de la tribuna, eso es todo. En lo demás las diferencias son tan manifiestas que no hace falta ponerles nombre para distinguir de quien hablo en cada caso: Mientras unos se desesperan por llegar a la cancha para ver el partido completo, los otros pueden llegar en el segundo tiempo que da igual e incluso según su propia conveniencia pueden decidir si el partido se ve completo o no; Mientras unos observan el partido porque para ello pagaron su entrada, los otros no pagan su entrada, la venden porque no la necesitan para ingresar, y su verdadero atractivo lo van a encontrar de espaldas al campo de juego. Mientras algunos intentan colaborar con el club (ya sea con pequeños aportes, asociándose, etc), los otros viven del club... Para ser hincha es requisito moral sentir los colores del club, para ser barra no. ¿a alguien le sorprende enterarse que parte de la barra de su club antes integraba la barra de otro que nada tiene que ver con el suyo?.

En fin, mientras unos son espectadores, los otros son protagonistas. Tienen poder de desición; Disponen cuando se juega y cuando no (el árbitro no suspende el partido, sólo confirma la desición previa de estos) Tienen incidencia en la política del club, y si alguien duda de esto por favor que me explique ¿porque siempre en la mesa de los dirigentes hay un lugar reservado para un jefe de la barra? ¿porque un hincha no obtiene el celular del presidente con la misma facilidad que un barra?. Tienen incidencia en la economía del club (Puede ser aceptable que el club atraviese un déficit económico autodestructivo, pero eso si, que nunca falte el "vueltito" para la "hinchada" porque se pudre), Analizando todo esto, ¿tan descabellado es pensar que también pueden llegar a tener alguna incidencia en el equipo? Por el bien del fútbol una parte de mi se resiste a creerlo, pero la otra no puede dejar de pensar ¿que hacen los DT explicándole a los barras sus desiciones? ¿que hacen los jugadores colgados en los paravalanchas junto a ellos?

Muchos pueden decir que todo lo mencionado anteriormente ocurre por el miedo a la violencia que estos barras ejercen. En parte esto es cierto, pero en nada refuta la condición de protagonistas de los barras mencionada en el parráfo anterior: el miedo existe y mirándo para otro lado no se va a terminar (incluso los hace cómplices), así como tampoco se termina la violencia con todas estas concesiones que se les otorgan, sino todo lo contrario, se la promueve. Los partidos se seguirán suspendiendo, los dirigentes, jugadores y técnicos seguirán siendo coaccionados, los trapitos seguirán cobrando por estacionar en la vía pública en las inmediaciones de la cancha (con suerte) a precio de estacionamiento en Puerto Madero y, entre tantas otras consecuencias, la cantidad de muertos y heridos en ocasión de un partido de fútbol seguirá creciendo

Pero, uno no puede ser tan ingenuo, la violencia por si sola no puede perpetuar en el tiempo a estos barras. Ellos se mantienen, gracias a la complicidad y consecuente inacción de todos los que tienen capacidad de acción, e incluso la obligación de hacerlo pero sin embargo se mantienen al molde. Desde los directivos de los clubes, que en sus campañas prometen luchar contra ellos y una vez que asumen dicen desconocer quienes son, o si los reconocen es sólo en su condición de socio y si aparece un dirigente como parte de la excepción que confirma la regla, dándoles el pié para vencer el miedo, lo dejan sólo. Tambien los organismos de Seguridad y la policía, causalmente ineficientes. La cúpula de la Afa, que al igual que los directivos de los clubes, se quedan en el ardid común de "queremos que las familias vuelvan a los estadios", como si esa expresión de deseo fuera a cambiar una situación que ellos acentúan con su propia inoperancia. Y por supuesto, no puede quedar excento el gobierno que esté de turno, quien al no presentar una política nacional para intentar solucionar el problema,,el único respaldo que le puede dar a los pocos que luchan por erradicar o al menos disminuir la violencia en el fútbol, se puede resumir en una simbólica palmada en la espalda.

Como decía el gran George Carlin, "No hace falta una conspiración oficial cuando los interés convergen". No es que se reúnen todos ellos y deciden mantener las cosas de esta manera, sin embargo, a persar de las diferencias que puede haber entre un barra, un dirigente, un político y un funcionario público encargado de la seguridad, existe un interes común que los emparenta. En algun lado se encuentran las conveniencias de cada uno de ellos, algunos casos son mas evidentes que otros, pero en los hechos todos prefieren mirar para otro lado dejando que esta situación fluya.

Por último, no quiero olvidar, la parte de culpa que tenemos los aficionados del fútbol. A veces, no sabemos distinguirlos y los confundimos, creemos que son nuestros pares, que comparten la misma pasión, y hasta los coreamos cuando ingresan a la cancha, dándoles una especie de aprobación y generando una especie de inflación de quienes en la tribuna son la minoría, aunque a veces no lo parezca. No son nuestros representantes, ni el de los clubes, y sus intereses se asemejan mucho mas al de los barras de la tribuna de enfrente, que a los de un simple espectador. Esto quedó claramente evidenciado con la creación de la agrupación "Hinchadas Unidas Argentinas". A diferencia de muchos de nosotros, ellos esto lo tienen muy en claro, por eso resulta totalmente lógico que unan sus fuerzas, en pos de sus propios intereses. Sino ¿Alguno piensa que esta agrupación de barras se reunió para exigir que termine la violencia? ¿o que se reunieron para ver como solucionar el problema del vaciamiento de los clubes?

Como bien dice Marcelo Gantman: "El fútbol argentino está encima de capas geológicas que contienen restos de amenazas, alambrados rotos, palos policiales, bosta de caballo, choripanes dudosos, ojos morados, butacas rotas, baños inmundos y cientos de heridos y muertos". Así se vé, asi huele y así se siente nuestro fútbol, por mas que muchos quieran esconder todo esto debajo de la alfombra, las consecuencias se perciben sin hacer ningun esfuerzo. Lo peor de todo esto, es que mientras unos lo sufren, otros sacan provecho de esto.

Ro!

No hay comentarios:

Publicar un comentario